La principal característica
de los Ascomicetos, precisamente de donde les viene el nombre, son las células
formadoras de esporas, las ascas, solo se puede observar con la ayuda de un
microscopio, sin embargo no resulta difícil reconocer los principales grupos y
las principales especies por su morfología. Muchos de los Ascomicetos viven
sobre hojas, ramitas, frutos, etc... pero son tan pequeños y sus frutos tan
diminutos que solo un experto los reconocería como hongos y solo con el
microscopio se pueden identificar adecuadamente. Más características ASCOMICETOS.
ASCOMICETOS. DISCOMICETOS de porte medio o grande. Son setas de tamaño medio a grande, con carne membranosa, no maciza, un “apotecio”, que es equivalente a una seta típica pero que produce ascas en vez de basidios y aparecen en la superficie superior y no en la inferior del sombrero. En general presenta formas peculiares que en muchos casos es suficiente para identificar los géneros e incluso muchas especies, nos encontraremos curiosas formas de olla o platos (Peziza), de oreja (Otidea), de silla de montar (Helvella, Leptopodia), de colmena (Morchella, Mitrophora), de tripa (Gyromitra), etc...
ASCOMICETOS. PIRENOMICETOS. Son setas que tienen una textura
dura, pero frágil, frecuentemente oscura y generalmente lignícolas, con forma
de semiesfera, almohadilla, cuerno, cachiporra, etc... Un corte a la estructura
nos pondrá en evidencia la existencia de pequeñas cavidades en la superficie
del cuerpo, generalmente negras, que son los “peritecios”, cavidades donde se
forman las ascas. Es el caso de Hypoxylon,
Xylaria, Dyatripe, etc...
ASCOMICETOS. TUBERALES. Son
setas carnosas, en forma de patata y que desarrollan completamente enterradas
bajo tierra, su interior en macizo en la madurez, no se convierte en polvo,
suelen presentar un olor fuerte y peculiar y en muchos casos su carne presenta
bandas blanquecinas como las de un cerebro, son las preciadas trufas.
Se trata posiblemente
del grupo más diverso y amplio de todos los hongos, en donde la morfología
general puede ser suficiente para diferenciar los grandes grupos e incluso
algunas especies. Los hay con forma de costra o corteza a los que presentan una
forma más típica de seta propia de Agaricales con un sombrero y pie, nos
encontramos con especies con forma de pezuña, concha, pipa, coliflor,
cachiporra, tripa, etc.. En este grupo la textura de la carne es un carácter
muy importante para diferenciar grupos e incluso para tener una orientación de
su posible valor gastronómico. La mayoría de las
especies presentan textura coriácea o leñosa, salen sobre ramas, tocones o
troncos y suelen ser de crecimiento indefinido y gran tamaño, sin embargo
algunas salen sobre suelo y suelen presentar una textura más carnosa-coriácea y
en muchos casos son comestibles, al menos de joven. Mas características de AFILOFORALES.
AFILOFORALES. PORÁCEAS. Comprenden las especies que forman
carpóforos generalmente coriáceos o leñosos y más raramente coriáceo-carnosos, en
forma de consola, estantería, pezuña o incluso típica seta con pie y sombrero y
cuyo himenio o superficie inferior está formado por orificios redondeos o
alargados, a veces con aspecto de láminas.
AFILOFORALES. HIDNÁCEAS. Comprenden especies que forman
carpóforos terrestres, carnosos o carnoso-coriáceos, con forma típica seta con
pie y sombrero, y en ocasiones son lignícolas y en forma de consola o
estantería y cuyo himenio o superficie inferior está formado por aguijones o
pinchos más o menos alargados.
AFILOFORALES. CANTHARELLÁCEAS. Comprenden especies que
forman carpóforos terrestres, carnosos o carnoso-coriáceos, con forma típica
seta con pie y sombrero, embudo o trompeta y cuyo himenio o superficie inferior
está formado por pliegues más o menos pronunciados, a veces con aspecto de
láminas decurrentes.
AFILOFORALES. CLAVARIÁCEAS. Comprenden especies que forman
carpóforos terrestres, carnosos o carnoso-coriáceos y en general muy frágiles,
con forma típica coliflor, coral, cachiporra o clavo con el himenio cubriendo
toda la superficie más o menos lisa o surcada, pero sin formar verdaderos
pliegues.
AFILOFORALES. CORTICIÁCEAS. Comprenden las especies cuyos
carpóforos son membranas o cortezas más o menos adheridas a ramas o troncos, de
consistencia coriácea, cerácea o delicada como una tela de araña, con
superficie o himenio liso, con pliegues, aguijones u poros.
AFILOFORALES. GELATINOSOS. Son setas de textura
gelatinosa, no pueden adquirir un gran tamaño y sus formas son peculiares, oreja,
tripa, discos, copas, etc, y por supuesto no tienen un gran valor gastronómico,
aunque tampoco son tóxicas.
A diferencia de los anteriores éstos
desarrollan sus esporas en estructuras internas que se descomponen en la
madurez y solo quedan masas de esporas en forma de polvo (cuescos de lobo en
general) o en forma de una masa mucilaginosa y maloliente (falos, clatros,
etc...). En general se reconoce una parte fértil o “gleba” que corresponde al
himenio y una parte estéril o “pie”, ambas envueltas por dos membranas
denominadas “peridios externos (exoperidio) e internos (endoperidio). La gleba suele ser globulosa y en la
madurez es un saco de polvo de esporas que sale por uno o varios poros,
”peristoma” o por rotura de la pared. La envuelta externa o exoperidio puede
ser más o menos gruesa y abrirse en forma de estrella (pe. Geastrum o Astraeus), en grandes placas (pe. Calvatia) o en pequeñas escamillas o aguijones (pe. Lycoperdon). Más características GASTEROMICETOS.
Son los que responden a la idea más
clásica de “seta” u “hongo” que tiene la mayor parte de los aficionados.
Sus carpóforos presentan un
“sombrero”, en forma convexa, cónica, plana, embudada, etc... cuya misión
fundamental es proteger la parte fértil que suele estar debajo y favorecer la
dispersión de las esporas. La parte inferior del sombrero es fundamental y debe
observarse siempre que se coge una seta, es donde se encuentra el “himenio” o
parte fértil del carpóforo. Todo el
sombrero con el himenio debe sujetarse al substrato de alguna forma,
generalmente lo hace a través de un "pie" que puede ser central,
excéntrico, lateral o inexistente.
Todos los carpóforos
de Agaricales cuando inician su proceso de maduración están protegidos por una
membrana o “velo general” que envuelve todo el hongo y por otra membrana o
“velo parcial” que cierra el borde del sombrero contra el pie para proteger el
himenio (laminillas o tubos). Estos velos pueden ser más o menos consistentes y
perdurar o no en la madurez. Cuando el velo general es muy consistente, lo que
ocurre en muchas especies de Amanita
(entre las que se encuentran las especies más peligrosas), parte de ese velo
queda en forma de escamillas sobre el sombrero y otra parte queda alrededor de
la base del pie formando lo que se conoce como “volva”. Si este velo es muy
consistente, forma una auténtica membrana que queda casi totalmente en la base
como un saco o volva, pero si es menos consistente se rompe de pequeñas
escamillas que quedan en el sombrero y alrededor del bulbo del pie. De igual manera si el
velo parcial es consistente al abrirse el sombrero queda sobre el pie y a veces
en el borde del sombrero una membrana en forma de un “anillo”, restos
algodonosos y en algunos casos una serie de filamentos que se conocen como
“cortina”. Más características de AGARICALES.
AGARICÁCEAS. Comprenden hongos tanto de bosque, como
de prados, los primeros presentan en general esporada blanca, mientras que los
segundos tienen más claras preferencias nitrófilas y presentan esporada marrón
oscura o púrpura. No existe ninguna especie lignícola ni tampoco claramente
fimícola y en general son de muy amplia distribución. Sus carpóforos son en
general de tamaño medio a grande o muy grande, como en el caso de las amanitas,
el sombrero y el pie son claramente separables y sus láminas son libres,
blancas o purpúreas en la madurez, según el color de la esporada. El velo general
es muy ligero y carecen de volva ni de restos membranosos sobre el sombrero,
pero sin embargo, la mayoría de las especies presentan la superficie del
sombrero agrietada, desgarrada o cuarteada en escamas no separables y
fibrilosasa. Por el contrario el velo parcial es generalmente consistente y
todos los carpóforos portan un anillo más o menos consistente en el tercio
superior del pie. Comprende el género Agaricus
con esporada marrón purpúrea y Lepiota,
Macrolepiota y Cystoderma con esporada blanca. Más características AGARICÁCEAS.
AMANITÁCEAS. Comprende hongos típicos de bosque y más
raramente de prados, no existe ninguna especie lignícola y tampoco tienen
muchas afinidades a los ambientes nitrófilos. Sus carpóforos son en general de
tamaño medio o grande, con sombrero y pie diferenciados y fácilmente
separables, láminas libres y esporada blanca lo que hace que la coloración de
las láminas se mantenga siempre igual desde los ejemplares jóvenes a los
adultos y generalmente blanca. Los sombreros convexos o plano convexos, nunca
embudados, ni umbilicados, ni mamelonados, son muy regulares, secos o viscosos,
según los géneros, seco en Amanita y
viscoso en Limacella, presentan un
velo general muy consistente que queda en la madurez en forma de una volva o
saco alrededor de la base del pie o en otros casos queda en forma de pequeñas
escamas o grumos sobre la superficie del sombrero y alrededor del bulbo del
pie. El velo parcial generalmente es consistente y al abrirse deja un anillo
membranoso en el pie, pero no es un carácter general. Algunas de sus especies
son buenas comestibles, como las oronjas o gorringos, pero la mayor parte son
tóxicas o incluso mortales, por lo que es una familia con la que hay que
mantener muchas precauciones y que se debe conocer bien. Más características AMANITÁCEAS.
BOLETÁCEAS. Una de las familias más interesantes y
fáciles de identificar. Comprende hongos humícolas o micorrícicos, muy
excepcionalmente lignícolas y por supuesto ninguno fimícola. Los carpóforos que
producen son los que popularmente se conocen como "hongos" que se
caracterizan por presentar una masa esponjosa debajo del sombrero constituida
por innumerables tubitos o gruesas láminas muy espaciadas que se separan fácilmente
frotando con el dedo. Algunas especies cuyos carpóforos presentan láminas muy
separadas, gruesas, blandas e incluso separables, como las de los higróforos,
pero con esporada oscura son incluidos por muchos autores en alguna familia afin,
tal como Boletáceas lameladas o Paxilláceas, donde se encontrarían los Paxillus, Gomphidus y Chroogomphus.
Comprende algunas de las más cotizadas variedades de carpóforos comestibles,
beltzas, y zuris y se encuendran dentro de los géneros, Boletus, Leccinum, Suillus, etc. Más características de BOLETÁCEAS.
RUSSULÁCEAS. Familia con solo dos géneros pero con
innumerables especies. Todos sus componentes son humícolas y sobre todo
micorrícicos, es decir que van ligados a otras especies vegetales de árboles,
arbustos o hierbas y por consiguiente desarrollan en bosques o prados, nunca en
ambientes muy nitrófilos, ni sobre madera. Sus carpóforos son siempre de tamaño
medio a grande o muy grande, con pies relativamente cortos y gruesos en
relación al sombrero que frecuentemente se deprime o embuda en los ejemplares
adultos. Sus láminas son siempre adnatas o decurrentes, pero el carácter que
más identifica a los frutos de esta familia es la naturaleza de la carne,
granulosa que parte como tiza, sobre todo en el pie, con o sin hifas portadoras
de látex. Suelen exhibir coloraciones llamativas y una esporada variable que va
del blanco al ocre claro pasando por el crema y el amarillo. Microscópicamente
presentan unas esporas muy características adornadas con verrugas o retículas
que contienen almidón y se tiñen de
negro con el Melzer o con otros colorantes a base de Yodo. Comprende buen
número de especies comestibles y otras que por su amargor, picor o mal sabor
son incomibles, pero ninguna verdaderamente tóxica. Comprende dos únicos
géneros, Russula y Lactarius. Más características de RUSSULÁCEAS.
PLEUROTÁCEAS. Pequeña familia interpretada de diversa
forma por los distintos autores,
comprende hongos en su mayor parte lignícolas, que desarrollan sobre
ramas y troncos generalmente muertos y en descomposición, y unas pocas especies
sobre suelo y generalmente ligadas a plantas superiores, micorrícicas. Sus
carpóforos se caracterizan por su forma de sujeción al substrato, directamente
a la madera por un lado o por el centro del sombrero, sin un pie o mediante un
pie lateral o muy excéntrico y solo en las pocas especies terrícolas que
comprende sus carpóforos presentan un pie casi central. A excepción de este
último carácter el resto de caracteres es más difícil de definir y de hecho
algunos géneros son clasificados por otros autores en diversas familias.
Algunas especies presentan carpóforos coriáceos, otros membranosos y otros
carnosos o carnoso-coriáceos, con esporada blanca u ocrácea, aunque algunos
autores incluyen las especies con esporada ocrácea dentro de la familia Cortinariáceas.
La forma y disposición de las láminas es tambien muy dispar, decurrentes en las
especies terrícolas, en abanico en muchas lignícolas y en algunos casos
hendidas a lo largo. Los más grandes carpófores carnosos son buenos comestibles
y no se conoce ninguna especie tóxica en la familia. Los principales géneros
son Pleurotus, Panus, Panellus, Lentinus
y Geopetalum. Más características de PLEUROTÁCEAS.
VOLVARIÁCEAS. Compreden hongos de hábitos un poco
nitrófilos o incluso lignícolas, pero no fimícolas. Sus carpóforos se
caracterizan fundamentalmente por la producción de una esporada de color rosa,
y cuyas esporas vistas al microscopio son redondeadas, esféricas o alargadas,
pero sin verrugas, ni ángulos, como en las Entolomáceas, donde se encuentran el
resto de especies con esporada claramente rosada. Sus carpóforos son de tamaño
medio a grande, con dos géneros muy diferentes, Volvaria y Pluteus. El
primero presenta un porte de amanita, con sombrero y pie separable, láminas
libres e incluso volva, aunque sin anillo, mientras que los plúteos son mucho más
pequeños, lignícolas, son sombrero y pie contínuo, láminas adnatas o escotadas
y con el principal parecido del color de la esporada. Más características de VOLVARIÁCEAS.
COPRINÁCEAS. En esta familia se agrupan buena parte de
los hongos nitrófilos que desarrollan directamente sobre excrementos o en lugares
muy nitrófilos, frecuentados por el ganado, muy abonados o con abundante
materia orgánica en descomposición, el resto de hongos nitrófilos los
encontramos en las otras familias con esporada oscura, como Naucoriáceas y Agaricáceas.
Los carpóforos que producen estos hongos presentan un desarrollo muy rápido y
son muy fugaces, muy poco carnosos, delicados, con sombreros frecuentemente
cónicos o en dedal y en algunos de sus géneros, como Coprinus, se licúan en la madurez para facilitar la dispersión de las
esporas por los insectos. Presentan una esporada negra o grisácea,
característica de los hongos nitrófilos, y sus láminas muy finas y delicadas
suelen ser ascendentes, adnatas o escotadas, no decurrentes. En general son
hongos sin interés gastronómico dada la fugacidad de su vida e incluso en
algunos casos pueden contener algunas substancias tóxicas de tipo alucinógeno,
sin embargo los que producen carpóforos de mayor tamaño y mayor duración, como
la barbuda, son comestibles apreciados. Comprende los géneros Coprinus y Psathyrella. Más características de COPRINÁCEAS.
Se trata de una superfamilia
que se subdivide en otras muchas familias según los autores. Resulta ,por
consiguiente, difícil establecer algunos caracteres comunes a tal cantidad de
hongos que desarrollan en los más diversos ambientes, tanto nitrófilos como humícolas,
micorrícicos o lignícolas, etc,...uno de estos caracteres es el color de la
esporada oscuro, ocráceo en las Cortinariáceas y marrón, púrpura o negro en las
Estrofariáceas. De manera que se convierte en un especie de cajón donde se
meten todas las especies con esporada oscura que no encajan dentro de las otras
familias, como Coprináceas, Agaricáceas o incluso Pleurotáceas.
A pesar del gran
número de especies que comprende esta superfamilia, muy pocas especies se
pueden considerar como buenas comestibles, algunas son muy peligrosas, otras
más carecen de valor gastronómico por su sabor, textura, tamaño o rareza y en
gran parte se desconoce su toxicidad por su escasez o rareza en el consumo. Algunos
de los más importantes géneros son, Cortinarius,
Inocybe, Hebeloma, Galerina, Hypholoma, Stropharia, Psilocybe, Agrocybe,
Pholiota, ....
NAUCORIÁCEAS. CORTINARIÁCEAS. Comprenderían los que tienen esporada ocrácea, muchos de ellos provistos de cortina filamentosa y cutícula filamentosa al microscopio. Más características de CORTINARIÁCEAS.
NAUCORIÁCEAS. BOLBITIÁCEAS. En esta segunda familia se incluirían todos los que presentan un sombrero liso, brillante y uniformes debido a que tienen una cutícula celulósica o himeniforme. La mayoría presenten esporada ocrácea. Más características de BOLBITIÁCEAS.
NAUCORIÁCEAS. ESTROFARIÁCEAS. En ésta
última familia se incluyen las especies con esporada marrón tabaco, púrpura
o negro y cutícula celulosa o himeniforme al microscopio. Más características de ESTROFARIÁCEAS.
ENTOLOMATÁCEAS. Una de las familias más peligrosas, comprende hongos humícolas que crecen fundamentalmente en bosques y prados, no existe ninguna especie ni fimícola , ni lignícola. Sus carpóforos pueden ser de tamaño muy diverso, desde pequeños y membranosos a grandes y carnosos, pero tienen la gran particularidad de presentar una esporada de color rosa que tiñe de este color las láminas en la madurez y unas esporas muy peculiares al microscopio, con ángulos, verrugas o pliegues, poco usuales en otras familias como las que acabamos de mencionar. Sus láminas pueden ser escotada, adnatas, ascendentes o decurrentes, apretadas o espacidas y los ejemplares más grandes y carnosos resultan muy peligrosos ya que buena parte de ellos son responsables de fuertes intoxicaciones de tipo gastrointestinal. Comprenden algunos géneros como Entoloma, Rhodocybe o Clitopilus. Más características de ENTOLOMATÁCEAS.
HYGROPHORÁCEAS. Comprende hongos típicamente pratícolas
y unos pocos humícolas de bosque, ninguno de sus representantes son fimícolas
ni lignícolas. Producen carpóforos de tamaño medio, aunque se dan algunas
grandes y otras pequeñas, cónicos o convexos, de colores llamativos, amarillos,
rojos, verdes, blancos,... brillantes o viscosos y sobre todo se caracterizan
por su esporada blanca y sus láminas muy gruesas y espaciadas, como hechas de
cera, tanto decurrentes, como escotadas, adnatas, decurrentes o
ascendentes. Las especies de porte medio
o grande son carnosas y comestibles, pero en general de escaso valor
gastronómico. Comprende pocos géneros como, Hygrophorus
o Hygrocybe. Más características de HYGROPHORÁCEAS.
TRICHOLOMÁCEAS. Se trata de una de las familias más
numerosa de todos los Agaricales, con gran cantidad de géneros y numerosísimas
especies. Comprende hongos que desarrollan en los más diversos ambientes,
preferentemente de bosques, saprófitos o micorrícicos, no existe ningún hongo de
esta familia que desarrolle sobre excrementos o ambientes muy nitrófilos y tampoco
son muy abundantes las especies de gran porte lignícolas, aunque si de pequeño
tamaño y delicadas. Una buena parte desarrollan carpóforos carnosos de tamaño
medio a grande o incluso gigantescos, y por consiguiente con muchas especies de
interés gastronómico y por supuesto, también con algunas tóxicas, pero otras
son muy poco carnosos, delicadas, membranosas e imputrescibles y por
consiguiente con escaso interés gastronómico. Su esporada es blanca o rosada
muy clara, de manera que los hongos con esporada completamente rosa se
encontrarían dentro de Entolomatáceas y Volvariáceas. En las especies carnosas
la carne del pie y del sombrero es continua y el pie no se separa del sombrero como
en Amanitáceas y Agaricáceas y a diferencia de los hongos de estas dos últimas
familias sus láminas nunca son libres, sino que pueden ser adnatas, escotadas o
decurrentes. Algunos de los géneros más representativos son, Tricholoma, Clitocybe, Laccaria, Armillariella,
Melanoleuca, Lepista, Lyophyllum, Calocybe, Marasmius, Mycena, Collybia,
Oudemansiella, Xeromphalina y Baeospora, etc. Más características de TRICHOLOMÁCEAS.
Ver principales especies de láminas decurrentes
Ver principales especies de láminas escotadas.Tricholoma
Ver principales especies de láminas escotadas
Ver principales especies de pie fistuloso o meduloso
Ver principales especies de pie córneo o filiforme
Ver principales especies de láminas escotadas.Tricholoma
Ver principales especies de láminas escotadas
Ver principales especies de pie fistuloso o meduloso
Ver principales especies de pie córneo o filiforme
En
realidad no son verdaderos hongos sino que son seres vivos incluidos dentro del
grupo de los Protistas, pero tradicionalmente se han considerado hongos y así
los incluimos. Sus fructificaciones son diminutas, pero a veces muy llamativas,
y requieren para su identificación de lupa y microscopio.